Zombies en Haití: un extraño despertar.
Entre el mito y la realidad.
La figura del "zombie" es una de las más conocidas en la cultura popular, especialmente gracias al cine, ya que es un ser humano que regresa de la tumba sin revelar su identidad y voluntad, generalmente para devorar a cualquiera que se le ponga por delante. Los zombies del cine de George A. Romero, tanto los lentos y torpes como los "infectados", que son una nueva versión del zombie clásico con mayor agilidad y agresividad, tienen un origen común y se basan en hechos reales.
De acuerdo con la tradición vudú, un hechicero (bokor) puede llevar a cabo un ritual para resucitar a un difunto, pero no lo hace como un favor; en cambio, el difunto vuelve a la vida como un esclavo del bokor y está sometido a sus órdenes.
Los haitianos se toman muy en serio estas historias para evitar convertir a sus seres queridos en zombies. Aquellos que tienen el dinero suficiente optan por enterrar a sus muertos en tumbas más protegidas (como las pesadas o rejas en los mausoleos), mientras que los menos adinerados optan por decapitar a los fallecidos o inyectarles una gran cantidad de agua salada. Curiosamente, la cremación no se realiza por razones religiosas.
El primer caso documentado es el de Felicia Félix-Mentor, una mujer fallecida enterrada en 1907 y a la que muchos afirmaron haber visto con vida tres décadas después, con la misma mirada perdida de los zombies. En 1937, una mujer estadounidense llamada Zora Neale Hurston investigó esta historia viajando a Haití y descubrió entre rumores que este proceso se llevaba a cabo mediante drogas o sustancias, aunque sus investigaciones no llegaron a más allá.
Se necesitaron 45 años para confirmar estos rumores gracias al trabajo de Wade Davis, un etnobotánico que ha escrito dos libros sobre el tema.
Davis descubrió que el proceso de "zombificación" se lleva a cabo en dos etapas, utilizando una combinación específica de sustancias para cada etapa. La primera sustancia, llamada "coup de poudre" (o golpe de polvo), es la que lleva al desafortunado seleccionado a un estado de coma que es muy parecido a la muerte. Después de que sus seres queridos lo entierran, el bokor y sus seguidores abren el ataque, golpean brutalmente a la víctima y le administran la segunda sustancia, un fuerte psicoactivo que lo sacará de su letargo en parte, pero le dañará el cerebro.
El ingrediente principal del conocido como "polvo zombie" es la tetrodotoxina, una sustancia mortal que, en dosis adecuadas, puede causar una parálisis extrema durante varios días. Un aspecto terrible es que la persona presencia su propio entierro en vida, una experiencia realmente terrible que precede a una vida de esclavitud.
Después de su muerte oficial en 1962, Clairvius Narcisse fue encontrado en 1980 y afirmó haber escapado de una plantación en la que había estado trabajando como esclavo durante dos años en una condición de zombie, según Wade Davis. De acuerdo con lo que dijo a las autoridades, después de la muerte del bokor, él y los demás zombies de la plantación comenzaron a vagabundear sin rumbo, aunque nadie sabía de los demás. Clairvius Narcisse se sometió a una extensa terapia en el hospital, sin embargo, los daños cerebrales que sufriría nunca se recuperaron completamente.
Clairvius Narcisse, el muerto viviente más famoso.
El haitiano Clairvius Narcisse fue declarado muerto el 3 de mayo de 1962, según el certificado. Clarvius falleció debido a una crisis respiratoria causada por los golpes recibidos de su propio hermano durante una pelea. Después de pasar varios días de sufrimiento, en los que se debilitó significativamente y experimentó espasmos sangrientos, fue enterrado en el cementerio de su comunidad.
Un hombre que llama la atención por ir casi desnudo y aparentemente en estado de shock llega a la aldea el 26 de enero de 1980. La policía le pregunta y dice que se llama Clairvius Narcisse. También dice que ha sido desenterrado, golpeado y obligado a trabajar como esclavo en una plantación. Y lo más sorprendente es que después se demuestra que la historia que cuenta es real.
Clairvius fue internado y se recuperó bastante, aunque no del todo. Después, pudo agregar más información, como que su cuerpo fue declarado muerto después de haber sido sometido a vudú. Contaba que, a pesar de su incapacidad para moverse debido a su parálisis, sí podía escuchar todo lo que sucedía alrededor hasta que lo enterraron; que trató de pedir ayuda, pero no logró hacerlo; que experimentó el miedo de estar bajo tierra sin saber cuánto tiempo permanecería allí.
Después, relató cómo trabajó sin parar hasta que su "amo" falleció, momento en el que él y otros zombies como él comenzaron a caminar sin rumbo. Fue entonces cuando Clairvius llegó a su aldea.
De acuerdo con las investigaciones realizadas, Clairvius Narcisse sufrió una intoxicación por una mezcla de medicamentos, incluyendo una neurotoxina que tuvo un impacto significativo en su sistema nervioso, lo que lo llevó a parecer muerto. Después, se le administró una pasta hecha de Datura, lo que resultó en un fuerte atontamiento y períodos de amnesia.
Al fallecer el señor Bokor, quien lo mantenía bajo su dominio, y al detener a la persona que lo mantenía drogado, logró recuperar la conciencia y regresar a la aldea. Sin embargo, tomó la precaución de esperar a que su hermano, al que consideraba responsable de sus problemas, hubiera experimentado una mejora en su calidad de vida.
Después de leer esta narración, es sencillo entender por qué en Haití se practica la práctica de matar a los seres queridos que se consideran muertos, utilizando métodos como dispararles en la cabeza o decapitarlos, con el fin de evitar que se conviertan en zombies.
Origen del vudú.
Durante la dominación francesa de Haití, el Vudú surgió como resultado de la combinación de las creencias traídas desde África a principios del siglo XVII por los esclavos y el catolicismo propagado por los franceses. Las comunidades yoruba en África (entre Volta y Camerún), fon en Benín y Kongo en la República del Congo constituyen la base de la religión vudú y sus rituales mágicos. Además, vodun, la palabra que los fon usaban para referirse a los espíritus, es el origen de la palabra vudú.
Es destacable que las influencias africanas están más presentes que las influencias católicas, y aunque se hace referencia a un dios todopoderoso, no se utiliza para resolver problemas personales o cotidianos. Para lograrlo, se recurre a los dioses menores y espíritus (conocidos como Loas) que viven en ríos, valles y montañas.
Estos dioses pueden aconsejar y guiar a los seres vivos a través de rituales realizados por el houngan (sacerdote o hechicero) y la mambo (sacerdotisa), en los que los involucrados entran en trance para mejorar la comunicación con el más allá. La sanación y la protección contra la brujería y la magia negra son los pedidos más comunes de los creyentes en medio de danzas convulsas.
La mayoría de nosotros asocia el vudú con prácticas de magia negra y maleficios, así como con la creación de zombies y los terribles efectos de los muñecos de vudú (muy similares a los creados en Togo y Benín), pero esta religión nació como un medio para sanar el cuerpo y el espíritu. Aunque el vudú tiene un lado oscuro (los bokor son hechiceros capaces de hacer el mal), su creación se basó en la explotación injusta y salvaje de los esclavos, quienes buscaban ayuda en los espíritus para acabar con los esclavistas.
A pesar de la prohibición y castigo de la Iglesia Católica durante muchos siglos, el vudú siempre ha sido una parte importante de la cultura de Haití, y más del 80 % de la población actual cree firmemente en sus principios.
Fuentes:
Sobre Leyendas, BBC, History Latinoamerica, Mundo Loco.