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¿La desigualdad social explica el fenómeno de Bolsonaro?

El triunfo del candidato de la ultraderecha brasileña se registra en tiempos en los que se agranda la distancia entre ricos y pobres en América Latina.

¿La desigualdad social explica el fenómeno de Bolsonaro?

En medio del asombro por el triunfo de Jair Bolsonario en la primera vuelta electoral de Brasil, hay un dato que no debe quedar de lado.

Es el es que emerge de las motivaciones de vastos sectores sociales para votar al candidato de la ultraderecha.

Una explicación posible viene del lado de la desigualdad social, cimentada en la distancia económica entre los sectores más vulnerables y los más ricos.

Del análisis del voto a lo largo y ancho del territorio brasileño, se desprende que los sectores más ricos se inclinaron por Bolsonaro y los más pobres por el candidato del PT, Fernando Haddad.

Es decir que, en Brasil se dio una suerte de "combate" entre sectores sociales cristalizado por el voto en las urnas.

Este fenómeno de distancias sociales no es más que la desigualdad, un indicador social que en América Latina arroja resultados peores que África.

Según la organización internacional Oxfam, la desigualdad no es nueva en la región.

Esta distancia se redujo en los últimos 15 años, pero desde 2010 la mejora se frenó.

La organización remarca que "el frenazo en la economía mundial y la caída de los precios de las materias primas provocaron un aumento en los niveles de pobreza desde 2015".

Un dato para remarcar es que esta detención de la mejora de la desigualdad "coincidió con el giro de varios gobiernos hacia el centroderecha, con menor interés por lo general por reducir la desigualdad", señala Oxfam.

Antes de 2010 Brasil, Uruguay, Bolivia y Ecuador, entre otros países, adoptaron "fuertes medidas para hacer frente a la desigualdad", mediante un aumento de la recaudación pública, del gasto social y del salario mínimo.

Sin embargo, según Oxfam, los nuevos gobiernos "no mantienen el mismo nivel de compromiso que sus predecesores con la reducción de la desigualdad e incluso, en algunos casos, están dando pasos para revertir políticas progresivas", como Brasil y Argentina.

El último informe de la organización advierte que "los gobiernos en Brasil y Argentina ya tomaron medidas para revertir muchas de esas políticas".

"En Brasil, el gasto social fue congelado para los próximos 20 años. En Argentina, la austeridad aplicada por el Gobierno conllevó a grandes recortes en el presupuesto destinado a la protección social", lamenta Oxfam.

Para la institución global, los únicos países que lograron crecer en compromisos por reducir la desigualdad fueron Chile y Paraguay; el resto descendió varios escalones.