Enigmas y Misterios

Sentinel, la isla más peligrosa del mundo.

Equipo PipolNews

23 de feb. de 2024 8 min de lectura

Mantienen un estilo de vida que recuerda épocas prehistóricas, como la caza con lanzas y arpones o la comunicación ilegible.

En una zona desolada del mar de Andamán se encuentra Sentinel del Norte, un lugar donde los residentes parecen estar arraigados en un pasado ancestral, a pesar de estar en el siglo XXI. Hasta hace unos años, estos individuos no tenían conocimiento del fuego y siguen llevando una forma de vida que recuerda tiempos antiguos: cazan con armas básicas como lanzas y arpones, no tienen conocimiento de la agricultura, caminan desnudos y se comunican en una lengua que es. incomprensible para los demás.

Población desconocida.

La isla, que forma parte del archipiélago indio de Andamán y Nicobar, cuenta con una población indeterminada que se especula que oscila entre 15 y 500 habitantes, aunque no hay censos oficiales que revelen datos precisos. No obstante, es bien sabido que sus habitantes son muy hostiles hacia cualquier esfuerzo por establecer conexiones con el mundo exterior.

La existencia de este enclave se sabe desde finales del siglo XIX, cuando Jeremiah Homfray se acercó a la isla en busca de convictos fugitivos. Describió una situación en la que se topó con personas desnudas, equipadas con armas como arcos y flechas, quienes se ocultaron al ver su barco, causando temor en su tripulación de andamaneses. Este incidente marcó el tono de aislamiento y hostilidad que caracteriza a los sentineleses.

En 1867, el oficial británico Maurice Vidal Portman intentó comunicarse con los habitantes de Sentinel. Descubrió la composición rocosa de la isla y habló con algunos miembros de la tribu por un rato. No obstante, su esfuerzo por colonizar la isla con cocoteros provocó la propagación de gérmenes y virus, lo que supuestamente debilitó a la población local y fortaleció su oposición a los extranjeros.

La sociedad más aislada del mundo.

De acuerdo con Survival International, esta comunidad desconectada se considera la más vulnerable del mundo en la actualidad debido a su falta de protección contra enfermedades comunes. Aunque en 1991 hubo un intercambio pacífico en el que antropólogos indios ofrecieron cocos desde el agua sin tocar tierra firme, desde 2005 se prohibió todo acercamiento a la isla en una radio de cinco kilómetros por parte de las autoridades indias.

A pesar de los peligros, se hacen intentos ocasionales para llegar a esta isla de 60 km2, que teóricamente es accesible y está cerca de otras islas del archipiélago. Según fuentes cercanas, los vigilantes son reconocidos por su altura y han exhibido fragmentos de metal en sus armas, quizás provenientes de naufragios cercanos, lo que implica una transición desde la Edad de Piedra hasta la Edad del Hierro.
Con su abundante biodiversidad, Sentinel del Norte también se enfrenta a problemas contemporáneos como los desastres naturales y el cambio climático. La supervivencia de los ecosistemas y las áreas de pesca se vio amenazada por los arrecifes de coral que quedaron expuestos al terremoto y posterior tsunami del Sudeste Asiático en 2004.

Los sentineleses son considerados por Survival International, un movimiento global que lucha por los derechos de los pueblos indígenas, como "la sociedad más vulnerable del planeta", debido a que es probable que no tengan protección contra enfermedades comunes como la gripe y el sarampión, y ya no hablamos del coronavirus. Debido a su aislamiento total, existe una alta probabilidad de que una epidemia los aniquile.

Desde la era de la piedra hasta la del hierro.

Un grupo de antropólogos indios estableció un contacto pacífico con los sentineleses en 1991. Los cocos fueron traídos como regalo y se los ofrecieron desde el agua sin pisar tierra firme. Los sentineleses los recibieron con satisfacción. Los antropólogos descubrieron durante su corta expedición que sus lanzas tenían puntas de metal que podrían haber sido extraídas del naufragio del carguero Primrose, que se había encallado en los arrecifes de Sentinel en 1981. Los sentineleses pasaron de la Edad de Piedra a la Edad de Hierro.

En 2005, las autoridades indias prohibieron la entrada a la isla en una radio de cinco kilómetros debido al riesgo de entrar en contacto con la tribu (tanto por los ataques a foráneos como por la mencionada transmisión de enfermedades). Sin embargo, la prohibición no elimina la tentación y todavía hay personas arriesgadas que intentan abordar esta isla de solo 60 km2, que en teoría es fácil de acceder, ya que no se encuentra en medio del océano Índico y está a menos de 40 kilómetros de la gran isla Andamán del Sur y a menos de 60 de Sentinel del Sur.

Aunque no todos lograron llegar, aquellos que lo hicieron (y sobrevivieron) comparten la opinión de que los sentineleses, tanto hombres como mujeres, son muy altos (alrededor de 1,80 metros) a diferencia del resto de los habitantes nativos del archipiélago. La teoría de que pueden ser descendientes directos de los primeros colonos que salieron de África hace 60.000 años y se dirigieron hacia Australia por la costa sur de Asia ha surgido como resultado de esto.

Infierno o paraíso?

La riqueza ecológica de Sentinel del Norte es impresionante, y la densidad de la vegetación hace que sea imposible observar ningún asentamiento humano desde el aire. Sin embargo, la isla no está exenta de los efectos del cambio climático y los fenómenos naturales catastróficos.

De acuerdo con la Agencia Europea Espacial, Sentinel del Norte también se vio afectada por el terremoto de 8,9 en la escala de Richter que provocó un tsunami en el Sudeste Asiático el 26 de diciembre de 2004. El levantamiento tectónico expuso a la superficie los arrecifes de coral que rodeaban la isla. Según el programa de colaboración internacional CORDIO (Degradación de los Arrecifes de Coral en el Océano Índico), es poco probable que los arrecifes Sentinel, así como las lagunas y las áreas importantes para la pesca, sobrevivan.

En este momento, es imposible verificar el estado de salud de los sentineleses debido a que solo unos pocos vuelos domésticos y helicópteros del Ministerio de Defensa sobrevuelan la isla a una distancia adecuada.

Si Sentinel es el último paraíso del mundo o si es un infierno en el que su tribu, vinculado inexorablemente al destino de sus arrecifes, morirá de hambre y falta de recursos, será revelado por el tiempo.

Perímetro de exclusión.

Un habitante nativo de la isla Sentinel del Norte, al ver un helicóptero cerca de la costa, decidió tomar el arma más avanzada conocida y disparar contra el vehículo volador. El pájaro metálico, cuya visita estaba destinada a verificar la salud de los residentes de la isla después del tsunami del 2004, no fue alcanzado por las flechas de su arco.

Gracias a imágenes satélites o fotografías de vuelos cercanos, ya que la tendencia del observador ha sido entrar, pero no salir. La gente indígena que vive en Sentinel desde hace más de 60.000 años no sabe qué es un móvil, pero su Instagram está lleno de fotos de su hogar en el golfo de Bengala, entre Myanmar e India.

En 2018, cuando un misionero estadounidense desembarcó en la isla para convertir al cristianismo y la describe como "el último bastión de Satán", la isla recibió un impulso mediático. Él logró ingresar, sin embargo, nadie más lo contactó. Tras el suceso del valiente indígena y el cobarde helicóptero, que acabó huyendo en aquella ocasión, el Gobierno indio, que administra la isla y tiene vetada la entrada en ella desde 1997, decidió no volver e interferir en ella.

Otros dos pescadores indios fueron asesinados en Sentinel en 2006, y el Gobierno de Nueva Delhi estableció un perímetro de 5 kilómetros alrededor de la isla. En otras palabras, nadie se responsabiliza de tu muerte si decides visitar a los indígenas de Sentinel. Es el lugar más aislado del mundo, pero socialmente, porque a tan solo 32 kilómetros se encuentran las islas Andamán, un archipiélago en el que los turistas disfrutan de actividades como el snorkel y de bungalows de lujo con piscinas privadas.

A pesar de ello, el historiador Adam Goodheart asegura que los indígenas pueden ver los aviones, aunque no sepan de qué se trata.

“Definitivamente pueden ver los aviones de pasajeros, que pasan lo suficientemente cerca como para que los turistas presionen sus caras y teléfonos contra las ventanas para capturar imágenes publicadas en Instagram. Ciertamente, los sentineleses, cazadores-recolectores de vista aguda, han observado el mundo exterior con tanta atención como el mundo exterior los ha observado a ellos, dado que nuestros barcos y máquinas voladoras ya se han convertido en partes familiares de su entorno”, explica el historiador en su libro La última isla: descubrimiento, desafío y la tribu más esquiva de la Tierra, en un extracto recogido por National Geographic.

Se cree que la población de Sentinel nunca ha sido colonizada ni contactada de forma prolongada por la civilización. Sin embargo, el historiador asegura que, cuando visitó otras islas del archipiélago de Andamán, pudo encontrar “chanclas perdidas, aplicadores de tampones y cientos de botellas de agua”, por lo que cree que estos utensilios (y otros) también han podido desembarcar en Sentinel: “El cambio climático, la sobrepesca, la contaminación y los desechos plásticos continuarán una campaña de devastación contra las plantas y animales que los sentineleses necesitan para sobrevivir”.

“El aislamiento de North Sentinel tiene un propósito urgente no solo para los isleños, también para el resto de nosotros. La perfecta lejanía de ese lugar, desvinculado del espacio y el tiempo ordinarios, es nuestra propia fantasía de autoconsuelo: mientras los sentineleses persistan, podremos decirnos a nosotros mismos que nuestro planeta permanece, hasta cierto punto, inviolado”, concluye el historiador.

“Aquel indígena consiguió vencer al helicóptero. La pregunta es, ahora, ¿si podrá hacer lo mismo contra la curiosidad humana?”.