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El ahorro en tiempos de crisis (¡sí, se puede hacer!)

“El ahorro es la base de la fortuna”. La frase que escuchamos de boca de nuestros padres y abuelos marcó a fuego a generaciones enteras.

El ahorro en tiempos de crisis (¡sí, se puede hacer!)

“El ahorro es la base de la fortuna”. La frase que escuchamos de boca de nuestros padres y abuelos marcó a fuego a generaciones enteras. La idea de guardar dinero después de pagar todos nuestros gastos siempre fue tentadora y deseada. Sin embargo, los avatares de países como la Argentina fueron licuando su sentido. De todos modos, el ahorro sigue siendo un sueño alcanzable.

Cuando ahorramos, estamos pensando en el futuro. Guardamos dinero calculando poder usarlo en algún tiempo. Pero no se trata del simple hecho de conservar esa plata que quedó en nuestra cuenta a fin de mes. La estrategia es tener una planificación de mediano y también de largo plazo.

¿Para qué ahorramos?

Guardar dinero, más allá de la estrategia para hacerlo, persigue muchos objetivos. Como señalan en Ualá, cuando ahorramos estamos protegiéndonos de “imprevistos y/o emergencias”. Entre esas eventualidades están, por ejemplo, un gasto doméstico imprevisto, la pérdida del empleo o alguna cuestión de salud. Ahorramos como resguardo para ese futuro incierto.

Sin embargo, hay otra manera de ahorrar y es cuanto pensamos en guardar dinero con metas muy concretas, con fines específicos y claros. Un viaje o una mudanza son algunas metas que explican este modo de ahorro.

“¡A ahorrar!”

El primer paso para dar inicio al ahorro es tenerlo como parte de nuestra cotidianeidad. Es un poco como empezar una dieta: el ahorro debe ser parte de nuestros hábitos económicos y financieros de todos los días. y par esto. es necesario organizarse, planificar y organizar un buen presupuesto financiero.

Debemos generar un hábito en el ahorro, empezando por lo más sencillo de todos los días. Un buen camino es comenzar con el compromiso de guardar una pequeña porción de nuestros ingresos mensuales.

Cuando ahorramos, debemos anotar ese dinero como parte de nuestro presupuesto. No debe ser una opción; debe ser un compromiso regular.

Por supuesto que, una vez asumido el compromiso de ahorro, hay que empezar a buscar una estrategia de reducción de gastos. Por poco que ahorremos, ya estaremos cumpliendo con nuestro compromiso.

El camino para el ahorro también tiene que ir por la búsqueda de oportunidades. Allí es cuando aparecen los descuentos como una muy buena oportunidad.

Finalmente, una vez logrado el hábito de ahorro, y cuando el dinero guardado empieza a hacerse presente, ya debemos tener en nuestro radar económico la posibilidad de invertir esa plata.

Tener un dinero extra todos los meses es una gran oportunidad para hacerlo rendir antes de usarlos para el objetivo prefijado; podremos lograr ese objetivo calculando una buena inversión de corto o mediano plazo en el sistema financiero, en vez de guardar nuestro dinero “debajo del colchón”, una opción posible pero casi nula desde el punto de visto de las oportunidades de hacer crecer nuestro ahorro, mientras no lo utilizamos.