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Milei y el veto a la ley jubilatoria: por qué fue una decisión correcta y necesaria

Argentina está acostumbrada a que el cortoplacismo legisle sin tener en cuenta los recursos reales del Estado, el reciente veto del presidente Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria impulsada por la oposición no solo fue legal: fue necesario, coherente y moral.

Milei y el veto a la ley jubilatoria: por qué fue una decisión correcta y necesaria
Imagen generada por IA

Milei y el veto a la ley jubilatoria: por qué fue una decisión correcta y necesaria

¿Por qué? Porque no se puede seguir repartiendo lo que no se tiene. Porque gobernar no es mentir con el gasto público, sino ajustar la política a la realidad económica y no al revés.

💣 La demagogia jubilatoria como arma electoral

Lo que presentó la oposición como una "reparación para los jubilados" no era más que otro acto de irresponsabilidad fiscal.

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Un proyecto sin financiamiento, pensado más como herramienta de desgaste político que como solución estructural al sistema previsional.

¿Cuánto costaba esa ley? 1,5 puntos del PBI según estimaciones del FMI. ¿Quién lo pagaba? Nadie lo dijo. No se propuso eliminar privilegios, recortar gasto político ni eliminar jubilaciones de privilegio. Solo se apeló al recurso populista de prometer más sin tener cómo sostenerlo.

🧠 Milei, coherencia doctrinaria: la motosierra es con todos

Desde el día uno, Javier Milei propuso una premisa clara: déficit cero y fin del Estado elefantiásico. El veto a esta ley no es contra los jubilados. Es contra el modelo que los empobreció durante décadas. El modelo que destruyó la moneda, confiscó ahorros, licuó haberes y convirtió a los jubilados en rehenes de la inflación.

No se puede reconstruir la Argentina sin asumir costos. Milei lo dijo: "no hay plata". Y es verdad. El ajuste no es contra los jubilados, sino contra el aparato político que los usó como escudo.

📉 El sistema previsional argentino está quebrado

Hoy más del 80% de los jubilados cobra la mínima. No por culpa de este gobierno, sino por décadas de estafas, bonos clientelares y leyes que se aprobaron para congraciarse con sectores corporativos y sindicatos.

Vetar una ley inviable no es un acto de crueldad. Es un acto de responsabilidad institucional. Es mirar más allá del título fácil. Es elegir el camino más difícil: el de ordenar, sincerar y construir un sistema que no dependa del humo electoral.

🏛️ El Congreso no puede legislar a espaldas del equilibrio fiscal

Que diputados y senadores aprueben gastos sin detallar financiamiento es parte del problema. Es hora de que los representantes del pueblo también asuman las reglas del equilibrio: no se gasta más de lo que se recauda. No se emite más para cubrir déficits. No se condena al futuro para sostener privilegios del pasado.

El veto de Milei marca un límite: el Congreso no puede seguir siendo una escribanía de promesas demagógicas. Argentina necesita disciplina fiscal, no voluntarismo irresponsable.

🔥 La batalla cultural está en marcha

Este veto no es solo económico. Es político y cultural. Representa una línea divisoria entre quienes quieren reformar en serio y quienes buscan seguir viviendo del Estado. Entre quienes entienden que no hay derechos sin recursos, y quienes todavía creen que se puede vivir del aire, del papel pintado o de la máquina de imprimir billetes.

Milei lo explicó en su mensaje: "Nosotros vinimos a cambiarlo todo". Y eso incluye la forma de hacer política. Se terminó la época de legislar sin pagar la cuenta.

📣 ¿Y ahora qué?

Hay que rediscutir el sistema previsional, realizando primero una reforma impositiva y laboral sin cinismo. Con números reales, proyecciones sostenibles y un enfoque de largo plazo. Recién ahí se podrá hablar de una jubilación digna, pero de verdad. No de un bono cada tanto ni de fórmulas tramposas.

Mientras tanto, el veto fue lo correcto. Porque gobernar es decir que no cuando hace falta. Y porque esta vez, por primera vez en mucho tiempo, alguien lo hizo.