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LSD y Ketamina: las peligrosas drogas pueden tratar la depresión.

Con la extracción de psicoactivos, se pueden tratar la psicosis, estados de ansiedad y la depresión.

LSD y Ketamina: las peligrosas drogas pueden tratar la depresión.
Imagen ilustrativa.

Las drogas son para la gran mayoría, parte inseparable de la noche, una acompañante con la que te sientes irresistible, seductor, permitiéndote bailar sin para hasta que salga el sol, pero, sabías que las drogas también pueden sanar?

La doctora  Andrea Jungaberle, DEFIENDE EL USO TERAPÉUTICO de sustancias psicoactivas en le tratamiento de algunas dolencias.

La Dra. Andrea Jungaberle dijo al respecto: "en muchos países se han empezado a usar con fines terapéuticos, En Estados Unidos, en Europa y otros países, las empleamos como complemento, como un apoyo en el tratamiento, por ejemplo, de depresión, ansiedad, trastornos por stress post traumático, cuadros obsesivos y en parte en terapias contra adicciones".

Drogas contra la depresión hoy, incluso contra la dependencia, en consulta, la Dra. Andrea Jungaberle, emplea Ketamina como medicamento por sus propiedades anestésicas y analgésicas, debido a sus efectos alucinógenos, la ketamina se toma en fiestas siendo esto muy peligroso porque puedes perder el conocimiento.

En un tratamiento contra la depresión, sin embargo, la ketamina puede ayudar, "estas sustancias provocan estados mentales extraordinarios que abren otra perspectiva de las cosas, también inducen fuertes imágenes internas, pseudo alucinaciones, en las cuales se tienen percepciones internas muy claras de paisajes, personas y vivencias" agregó la Dra. Andrea Jungaberle.

La ketamina estimula las regiones cerebrales responsables de la vista y el oído e intensifica la conexión entre éstos dos sentidos, detalles del entorno, adquieren así una intensidad inusual, pero un viaje de ketamina puede tener efectos muy negativos y generar ataques de pánico y paranoia, por eso se emplea con mucho cuidado en la terapia.

"Ningún medicamento eficaz esta libre de efectos secundarios, siempre que los uses tendrás efectos secundarios, en algunas personas al menos, en lo físico pueden pasar dos cosas, un aumento de la presión arterial ó intraocular, por eso no se suministra a personas con glaucoma o hipertensión intraocular", (Dra. Andrea Jungaberle).

En la consulta, se administra dosis muy bajas de ketamina, 0,5 mgs x kilogramo de masa corporal como máximo, así quedan descartados los trances traumáticos, además médicos y terapeutas analizan al detalle si el tratamiento es adecuado para el paciente.

"En una terapia asistida con psicodélicos, hay al menos 3 fases, una preparatoria, una segunda fase en la que se suministra la sustancia bajo supervisión, y una fase posterior de observación y evolución" (Dra. Andrea Jungaberle).

los pacientes que acuden a la consulta de la Dra., han pasado ya por varios años de terapias convencionales, sólo en Europa, 7millones y medio de personas, sufren una depresión sin tratamiento eficaz, su última esperanza, es la terapia con ketamina.

"Ese tratamiento exige una gran confianza entre terapeuta y paciente, sino no funciona, explicamos al paciente como es una sesión con ketamina, las mayoría de personas que vienen, no han probado otra cosa que el alcohol, la ketamina es una experiencia completamente diferente".

Estudios, han constatado que la ketamina mejora la neuroplasticidad (capacidad del cerebro para responder a estímulos), además calma los receptores sobreexcitados, suavizando los síntomas de la depresión, a diferencia de los antidepresivos habituales, la ketamina, funciona de inmediato, incluso hay pacientes que se sienten mejor después de una sola sesión.

"Prolongamos las sesiones con ketamina a lo largo de semanas, para lograr que haga efecto, por la terapia también incluyen las pausas, lo cotidiano, y cuando después de 5 o 6 sesiones de ketamina vemos que el paciente mejora, administramos la atención post tratamiento y el paciente regresa a su vida normal" (Dra. Andrea Jungaberle).

La Dra., afirma que las sesiones de ketamina, ayuda a un 70 u 80 % de los pacientes, luego recuperan una vida sin ansiedad ni depresión.

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