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Leda: el milagro existe.

Cientos de fieles acuden a una sanadora en la Catedral de Rosario.

Leda: el milagro existe.

Leda tiene 44 años y es laica, hace 9 años la Iglesia Católica le otorgó el carisma de la liberación y sanación.

Todos los martes la mujer encabeza un ritual de oración cantada en la basílica, que se llena de gente a la que les impone sus manos.

La denominan la “sacerdotisa”, y le han adjudicado cientos de curaciones de enfermedades y afecciones sentimentales.

Muchos esperan el milagro de la mano de Leda Bergonzi, quien entra a la Catedral de Rosario, vestida con ropa simple y a la moda, madre de 5 hijos, lo que se diría una mujer normal.

Es una mujer vigorosa, de un impulso totalmente distinto de las lánguidas esculturas de santas y vírgenes.

Desde que llegó a la Catedral como “El Soplo de Dios Viviente”, su presencia se convirtió en un fenómeno de fe. Cada martes de congregan unos 300 fieles para orar junto a ella y más tarde, recibir su bendición.

La mujer impone sus manos a cada uno de los allí presentes, les habla en lenguas indescifrables, les susurra a los oídos. Muchos caen al suelo, y otros aseguran que fueron curados de enfermedades corporales y malestares espirituales.

“La mujer tiene un don, un regalo divino para hacer el bien a los demás y cuando acciona sobre cada uno de los fieles, no es ella. Es Dios” aseguran los presentes.

Su historia.

Leda nace en Rosario, donde actualmente vive y trabaja. Hace 9 años, la Iglesia Católica le otorgó un carisma (“el don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad”); de liberación y sanación, se podría decir como la oficialización de los poderes de curación que manifestó desde que era muy chica, aunque sin darse cuenta.

Según los creyentes, las personas con dones reniegan un poco de ellos, hasta que se vuelven inevitables.

Leda lo negó por mucho tiempo hasta que al tocar a las personas justo donde la enfermedad se expresaba, veía situaciones, le surgían mensajes incomprensibles para ella desconocidos que, en cambio, sí podía descifrarlos.

Quería ser una niña normal, pero su destino era otro. Careció siempre de conocimiento teológico, su andar siempre fue intuitivo y ligado a sus conversaciones celestiales: la mujer asegura que habla con Dios, Jesús y la Virgen y que el Espíritu Santo la guía.

Sus primeros pasos fueron en barrios periféricos, donde el grupo vuelve una y otra vez, para hacer trabajo social. Soplo Viviente no solo es una comunidad que invita al recogimiento de la oración, sino que también, acompaña a vecinos y vecinas que atraviesan instancias difíciles, como, por ejemplo, el abuso sexual y la violencia de género.

El ritual: Soplo Viviente.

Por el costado izquierdo de la Catedral, aparece Leda, Juan Cruz, el guitarrista y una servidora. Así se denomina al grupo de allegados a la sanadora que junto a los colaboradores alcanzan una veintena. Luego se encargan de correr los bancos para contar con espacio suficiente, también se organizan los pedidos de los fieles y sus necesidades: ubican en los 3 primeros bancos a enfermos y enfermas terminales, los colaboradores se paran cerca de los mismos para sostenerlos cuando caigan al suelo.

Soplo Viviente se dispersa por el templo, como una corriente energética que va rodeando las pesadas columnas Leda inicia el ritual con una oración cantada, que no se corta.

Su voz es fuerte y joven, remarcada por los ojos cerrados y un gesto que emana paz.

“Mi vida nunca será igual. Ríndete ante la presencia de Dios. Cámbianos la vida señor”, recita la mujer en voz alta, mientras cientos de fieles escuchan en silencio, arrodillados, acostados sobre el suelo o con los brazos en alto.

“¿Por qué te preocupas? Todo a su debido tiempo llegará. Entrégate. ¿Acaso hay algo que te pertenezca a ti? Te sientes en plena noche, invadido por la noche, préstame tu vida, cuántas cosas haré. Entrégale a Cristo tu corazón. Búsquenlo, crean en él”, exclama en medio de los cánticos, en los que introduce frases en lenguas.

Leda sigue cantando, hipnotizando con su fuerte y dulce voz, su presencia es contundente, el uso de idiomas desconocidos hace que los fieles se dejen llevar.

Testimonios.

La comunidad de Soplo de Dios Viviente asegura que tiene documentado un centenar de sanaciones, algunas fueron protagonizadas por personas enfermas que aseguran haberse curado tras recibir la bendición de la “sacerdotisa” y otras son testimonios de cambios en el ánimo, en la forma de ver la vida, en la espiritualidad.

“Algunos viene a buscar la magia y otros vienen a buscar a Dios y se sanan. Te sana tu fe, si tu cáncer se sana es porque tenés fe”, afirman los peregrinos.

La masiva respuesta de la gente, no solo se traduce en los cientos de fieles presentes cada martes, sino en miles de mensajes enviados a toda hora, al teléfono de Leda, quien intenta contestarlos uno por uno. Incluso la convocan de otros lugares del país para ejecutar liberaciones y sanaciones.

Su popularidad entre los creyentes y su capacidad de llenar la Catedral de Rosario, y en los tiempos en los que la fe católica viene perdiendo vigor, ha despertado algunos recelos en a la comunidad católica.

A pesar del apoyo parroquial, la notoriedad que ha despertado entre los fieles no es bien recibidas por los sectores más conservadores, que miran con duda y escepticismo el fenómeno.

Fuentes:

El trece, Rosario3, TN Noticias, eltresTV.

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