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“Henrietta Lacks": sus células inmortales cambiaron la ciencia.

Cómo su aporte ha salvado miles de vidas.

“Henrietta Lacks": sus células inmortales cambiaron la ciencia.
Henrietta Lacks.

En 1951 comenzaba un gran avance en la biotecnología; dio comienzo a una revolución en el campo de la medicina.

Todo comienza con la llegada de una afroestadounidense pobre a un hospital de EE. UU y sus células marcaron un nuevo comienzo en la ciencia médica.

Las células fueron tomadas de su cuerpo antes que falleciera, y desde entonces han estado creciendo y multiplicándose. En la actualidad hay billones de estas células en laboratorios de todo el mundo.

Sin embargo, no le solicitaron permiso a Lacks y a ningún familiar para usarlas y su familia debió luchar varios años por sus derechos.

Quién era Henrietta?

En el año 1860, el dueño de una plantación en Virginia llamado Benjamín Lacks escoge una amante negra entre sus trabajadores, tuvieron dos hijos que llevaron su apellido y durante tres generaciones la familia Lacks trabajó en el campo.

En 1942, Henrietta decide mudarse a la ciudad, la acompañó su esposo (bisnieto de Benjamín) y su familia a Baltimore.

Cerca de donde residía la mujer, estaba el laboratorio del Dr. George Gey, cuyo objetivo y ambición era librar al mundo del cáncer, asegurando que el secreto estaba dentro de las células humanas. Por más de 30 años, Gey había estado tratando de cultivar células de cáncer en el laboratorio.

Para ello mezclada tejidos cancerosos con sangre de corazones de gallinas vivas, con la esperanza de que esas células enfermas vivieran y se reprodujeran para poder estudiarlas fuera del cuerpo. Pero lamentablemente para el científico médico, siempre morían.

Diagnostico.

Sucedía entonces, que el 1 de febrero de 1951, Henrietta Lacks fue llevada al hospital John Hopkins.

“Nunca había visto algo similar, ni lo he vuelto a ver jamás”, dijo Howard Jones, el Ginecólogo que la examinó.

“Era un tipo muy especial de lo que resultó ser un tumor. Su historia era muy simple: había estado sangrando entre menstruaciones y tenía dolor abdominal, lo que necesariamente es señal de cáncer. Cuando examiné el cérvix me sorprendí no era un tumor normal. Era púrpura y sangraba muy fácilmente al tocarlo”, recuerda el Doctor.

Finalmente, el tumor no responde bien al tratamiento y Henrietta muere de cáncer cervical en octubre de 1951, cuando tenía apenas 31 años de edad.

Una pequeña parte es inmortal.

Las células de parte de su tumor fueron retenidas en la unidad de cáncer del hospital, pues Gey había descubierto que éstas podían cultivarse en el laboratorio indefinidamente. Era lo que había buscado por tantos años, hasta les dio un nombre: la línea celular HeLa, por las dos iniciales del nombre y apellido de Henrietta Lacks.
https://www.youtube.com/watch?v=fd9NITWpcp0
“En cuestión de horas, las HeLa se multiplicaban prolíficamente”, relata John Burn de Genética de la Universidad de Newcastle, Reino Unido.
Para asombro de los científicos médicos, las células de Henrietta se reproducían una generación entera en 24 horas, y nunca dejaban de hacerlo.
Estas células fueron las primeras que crecieron en un laboratorio, y por decirlo de alguna manera, han vivido más tiempo afuera que adentro del cuerpo de Henrietta.

La importancia de las HeLa.

“Hay muchas situaciones en las que necesitamos estudiar tejidos o patógenos en el laboratorio. El ejemplo más clásico es la vacuna de polio. Para desarrollarla era necesario que el virus creciera en el laboratorio y para eso se requerían células humanas”, expresa Burn.

Las HeLa resultaron ser claves para ese experimento y la vacuna salvó a millones de personas.

Por primera vez en la historia de la medicina, se podía probar con células humanas vivas, permitiendo el desarrollo de una vacuna contra la polio e incontables tratamientos médicos. Hasta viajaron al espacio exterior en las primeras misiones espaciales, para que los científicos pudieran anticipar que sucedería con la carne humana en gravedad 0.

El Ejército de EE.UU. colocó grandes frascos de células HeLa en lugares en los que se hacían los experimentos atómicos. Además, fueron las primeras en ser compradas, vendidas, empacadas y enviadas a millones de laboratorios de todo el mundo, algunos de los cuales se dedican a experimentar con cosméticos para asegurarse de que sus productos no causaban afectos secundarios indeseados o fatales.

En conclusión: “muchos laboratorios han ganado billones de dólares con bienes que han sido probados en las células HeLa.

Sin su consentimiento.

“En los años 40 y 50 se consideraba a los tumores o tejidos que se retiraban en una operación como abandonados, así que no era claro que era necesario pedir permiso para usarlo en investigación que fuera más allá del cuidado del dueño”, revela Burn.

En el año 1973, la familia Lacks se entera por primera vez que las células de Henrietta estaban con vida. Inclusive un equipo de genetistas los buscó para examinar su ADN, pues creían que la teoría de que la cura del cáncer podía estar en la manipulación de los genes.

Finalmente hallaron a su esposo y sus cuatro hijos.

Un día un investigador de postdoctorado llama al esposo de Henrietta, quien carecía de educación y no sabía lo que era una célula: tenemos a su esposa. Está viva en un laboratorio. La hemos usado en investigaciones durante 25 años. Ahora queremos examinar a sus hijos a ver si tienen cáncer”, entiende el esposo.

“Tomaron muestras de sangre de todos los hijos de mi madre y nos dijeron que querían ver si lo que mi mamá tenía era hereditario”, dijo David Lacks.
“Nunca supimos…es aterrador cuando piensas: ¿Cuántos de nosotros está allá afuera?, se pregunta Deborah Lacks, hija de Henrietta.

El negocio.

Mientras pasaba el tiempo, las HeLa se vendían en enormes cantidades y por cifras millonarias.
“Los científicos les dijeron a los capitalistas: “tenemos una tecnología que nos permitirá curar el cáncer”.

Así comenzaron a creer que existía una esperanza, y esto favoreció a la industria de la biotecnología.

“Si fuera posible vencer el cáncer, sería el mercado más grande del mundo. Recuerda, ante el cáncer, todos los humanos son iguales. Casi no hay producto, aparte de las balas, que acabe con toda la gente equitativamente”, explica Kirk Raab, Presidente de Genentech entre 1985 y 1995.

Así surge una gran y única oportunidad de hacer dinero.
Luego la familia Lacks se dá cuenta lo que estaban haciendo con las células de su madre, decidieron consultar con abogados para averiguar si tenían derecho a recibir dinero de la industria de biotecnología.

“Investigué y me enteré de que las habían estado vendiendo a todas partes del mundo y quise saber quién se había enriquecido con las células de mi mamá”, asevera enojado, David Lacks.

Compensación y reconocimiento.

La familia de la mujer no tuvo suerte en lo que concierne a una compensación, su madre había fallecido hace demasiado tiempo.
Pero a pesar de ello, siguieron luchando por el control de las células y libraron una campaña para que se reconociera la contribución de Henrietta a la investigación médica.

“Aunque fue una contribución involuntaria, ha sido enorme”, enfatiza Burn.
“Las células que le quitaron la vida han sido la base de decenas de miles de estudios médicos en todo el mundo y sobre todos los aspectos de la ciencia bilógica. Fue un elemento crucial en el desarrollo de la ciencia biológica del siglo XX”, explica el científico.

Como resultado de la campaña de su familia, Henrietta Lacks se convirtió en una heroína científica, en agosto de 2013, a la familia Lacks se le confirió un poco de control sobre el acceso de los científicos al código de ADN de las células.

Acuerdo.

Recientemente, la empresa que usó las “células inmortales” de la mujer acordó con su familia. La empresa de biotecnología que usó el material genético de Henrietta sin su consentimiento, finalmente, el pasado martes alcanzó un acuerdo con los familiares.

“Las partes están satisfechas de haber encontrado una manera de resolver este asunto fuera de tribunales”, señalaron los abogados de la familia Lacks, Ben Crump y Chris Seeger, en un comunicado difundido hace días atrás.

A pesar de llegar a un acuerdo pacífico, no se revelaron los términos del acuerdo que se alcanzó casi dos años después de que se presentara una denuncia en el estado de Maryland, EE.UU.

Thermo Fisher Scientific Inc también confirmó el acuerdo con las mismas palabras de los letrados d ela familia.

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Fuente: BBC, Télam, CBS Mornings, NMás, MBC News.