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Guía práctica para olas de calor: hábitos, casa, salud y cuidado

Una ola de calor no es “un día pesado”: es varios días seguidos con temperaturas muy altas (y muchas veces humedad) que aumentan el riesgo de deshidratación, golpes de calor, problemas cardiovasculares y mal dormir.

Guía práctica para olas de calor: hábitos, casa, salud y cuidado
foto por Sam te Kiefte / Unsplash

La buena noticia: con hábitos simples y algunas decisiones en casa, podés bajar bastante el impacto.

Regla de oro: ganarle al calor antes de que te gane

  • Planificá el día: lo físico y lo importante, temprano. Lo demás, a la tarde/noche.
  • Hidratación programada: no esperes a tener sed (la sed llega tarde).
  • Casa “modo invierno al revés”: cerrada de día, ventilada de noche.
  • Señales de alarma claras: mareos, confusión, piel caliente y seca, desmayo: no se negocia, se actúa.

Hábitos diarios que funcionan (y los errores típicos)

Hidratación: lo básico bien hecho

Tomá agua en pequeñas cantidades durante el día. Como referencia práctica, proponete un vaso cada 60–90 minutos cuando estés despierto, y ajustá si transpirás o estás al aire libre.

  • Agua primero. Si no te gusta sola, sumale rodajas de limón, pepino o menta.
  • Sales y minerales: si transpirás mucho, alterná con bebidas con electrolitos o suero oral (especialmente en chicos o mayores).
  • Evitar: exceso de alcohol (deshidrata), bebidas muy azucaradas (empeoran sed y malestar), y exceso de cafeína si te acelera.

Comer liviano ayuda más de lo que parece

La digestión “calienta” el cuerpo. En ola de calor, priorizá comidas simples y frescas: frutas, ensaladas completas, yogur, legumbres frías, proteínas magras.

  • Sumá agua con comida: sandía, melón, naranja, tomate, pepino.
  • Ojo con lo pesado: fritos, salsas, exceso de carne grasa a mediodía.
  • Porciones más chicas: repartidas, para evitar la “modorra” post comida.

Vestimenta y rutina: decisiones simples

  • Ropa: clara, liviana, holgada (algodón o telas respirables).
  • Ducha: tibia/fresca (no helada). Lo helado puede “rebotar” y hacerte sentir peor.
  • Actividad física: temprano o al anochecer. Si el aire está pesado, bajá intensidad.
  • Si salís: gorra/sombrero, anteojos, protector solar, botella de agua.

Tu casa en modo ola de calor: cómo bajar la temperatura

Ventilación inteligente: cerrá de día, abrí de noche

El objetivo es no dejar entrar calor cuando afuera está peor que adentro, y ventilar fuerte cuando la temperatura baja.

  • De día: persianas cortinas cerradas (especialmente sol de tarde), puertas y ventanas lo más selladas posible.
  • De noche: abrí todo lo que puedas para “barrer” el calor acumulado.
  • Corriente cruzada: abrí en lados opuestos para que el aire circule.

Truco de ventiladores que realmente rinde

  • Si tenés dos ventiladores: uno metiendo aire fresco desde la ventana más fresca (sombra), y otro sacando aire caliente por la ventana opuesta.
  • Si tenés uno solo: apuntalo para mover aire sobre vos (no solo girando en el cuarto vacío).
  • Humedad alta: el ventilador ayuda, pero el cuerpo enfría peor. Prioridad: hidratación y bajar temperatura del ambiente cuando se pueda.

Electrodomésticos: no fabriques calor adentro

  • Evitá horno y hornallas a las horas pico.
  • Usá microondas, pava eléctrica, comida fría o cocción corta.
  • Apagá lo que no uses: PC de escritorio, luces incandescentes, cargadores innecesarios.

Aire acondicionado: uso eficiente y seguro

  • Temperatura razonable: buscá confort, no “heladera”. Un salto extremo te puede hacer mal y gasta más.
  • Ambiente cerrado mientras enfría, y cortinas cerradas.
  • Filtro limpio: mejora rendimiento y calidad de aire.
  • Si no tenés: armá “un cuarto refugio” (el más fresco) y concentrá ahí el descanso.
brown grass during sunrise
foto por Xavier Coiffic / Unsplash

Salud: señales de alarma y qué hacer

Cuándo preocuparse en serio

Hay síntomas que no se “aguantan”. Si aparecen, actuá rápido.

  • Golpe de calor probable: piel muy caliente y seca, confusión, desmayo, convulsiones, fiebre alta.
  • Deshidratación moderada a severa: mareos intensos, debilidad marcada, dolor de cabeza fuerte, poca orina u orina muy oscura.
  • Empeoramiento de condiciones previas: falta de aire, dolor en el pecho, palpitaciones, presión muy alta o muy baja.

Primeros auxilios caseros (mientras pedís ayuda si corresponde)

  • Llevá a la persona a un lugar fresco/sombra.
  • Aflojá ropa y enfriá con paños húmedos en cuello, axilas e ingles.
  • Si está consciente, ofrecé agua a sorbos o suero oral. Si está confundida o vomita, no forzar líquidos.
  • Si hay desmayo, confusión marcada o fiebre alta: buscá atención médica urgente.

Grupos de riesgo: cuidados extra

Chicos, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades cardíacas, renales o respiratorias, o que toman diuréticos, requieren más vigilancia.

  • Adultos mayores: recordatorio activo de agua, ambientes frescos, revisar medicación con médico si hay dudas (no cambios por cuenta propia).
  • Bebés y niños: ofrecer líquido seguido, ropa liviana, evitar sol directo, nunca dejarlos en el auto.
  • Deportistas / laburos al aire libre: pausas en sombra, hidratación + sales, y horarios tempranos.

Sueño en ola de calor: cómo descansar aunque cueste

  • Enfriá el cuarto antes de dormir: ventilación nocturna, persianas cerradas de día.
  • Ducha tibia 30–60 min antes.
  • Ropa de cama: liviana. Si podés, algodón.
  • Agua a mano y evitar alcohol de noche.
  • Si te despertás empapado: cambiá remera/sábana. Dormir húmedo empeora todo.

Mascotas: cuidado real, sin antropomorfismo

Perros y gatos no regulan la temperatura como nosotros. Jadean, se agotan y pueden sufrir golpe de calor. En ola de calor, el foco es agua, sombra y cero esfuerzo en horas pico.

  • Agua fresca siempre (y más de un recipiente si podés).
  • Paseos: temprano o de noche. Chequeá asfalto con la mano: si quema para vos, quema para sus almohadillas.
  • Auto: nunca, ni “dos minutos”.
  • Señales de alarma: jadeo extremo, encías muy rojas o pálidas, debilidad, vómitos, tambaleo: enfriar y veterinario.

Checklist express: 10 acciones que cubren el 80%

  1. Botella de agua a mano todo el día.
  2. Un vaso de agua cada 60–90 minutos.
  3. Persianas/cortinas cerradas de día (sol de tarde = enemigo).
  4. Ventilación fuerte de noche (corriente cruzada).
  5. Comidas livianas y frutas con agua.
  6. Actividad física sólo temprano o tarde/noche.
  7. Ducha tibia y ropa liviana.
  8. Cero alcohol en exceso (pega peor con calor).
  9. Mascotas con agua/sombra y paseos fuera de horario.
  10. Aprendé señales de golpe de calor (confusión + piel caliente = urgencia).

Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia hay entre “calor fuerte” y “ola de calor”?

“Calor fuerte” puede ser un día aislado. “Ola de calor” implica varios días seguidos con temperaturas muy altas (y a veces noches que no refrescan), lo que aumenta el estrés térmico acumulado.

¿Cuánta agua hay que tomar en una ola de calor?

No hay un número único para todos. Como regla práctica, tomá agua en forma regular (por ejemplo, un vaso cada 60–90 minutos), y ajustá si transpirás, estás al sol o hacés actividad. Si transpirás mucho, considerá electrolitos.

¿Es malo tomar bebidas bien frías?

Para muchas personas, lo muy helado puede generar malestar. Lo más efectivo suele ser agua fresca (no hielo extremo), y enfriar el cuerpo con paños húmedos o ducha tibia/fresca.

¿Ventilador o aire acondicionado?

El ventilador mejora el confort moviendo aire, pero con mucha humedad puede rendir menos. El aire acondicionado baja la temperatura del ambiente; usado con criterio y filtros limpios, es más efectivo para olas intensas.

¿Cómo sé si es golpe de calor?

Señales típicas: piel muy caliente, confusión, desmayo, fiebre alta, convulsiones. Eso requiere acción inmediata: enfriar y buscar atención médica urgente.


Nota: esta guía es informativa y no reemplaza indicación médica. Ante síntomas graves o dudas, consultá a un profesional.

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