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“Guerra en Ucrania”: a paso firme, pero lento.

La reciente disminución de gas por parte de Rusia pone en jaque al sistema productivo de Alemania y el resto de países de la UE.

“Guerra en Ucrania”: a paso firme, pero lento.
Imagen ilustrativa: perteneciente a Rumbo Minero.

Alemania, la potencia industrial y económica indiscutida de Europa, se encuentra frente a una crisis inédita que golpea a su capacidad de producción y exportación de bienes, por primera vez desde la reunificación alemana en 1991, el país registra un déficit de su balanza comercial, efectivamente en mayo, las exportaciones experimentaron una caída de 0,5% con respecto a abril, y sus importaciones aumentaron un 2,7% en el mismo mes. En ese periodo, las exportaciones sumaron 125.800 millones de euros y las importaciones 126.700 millones de la misma moneda, osea, un saldo negativo de 900 millones.

Muchos analistas económicos se preguntan si estamos frente a un fin de ciclo que terminará repercutiendo sobre la arquitectura de la Unión Europea, dado el carácter de pilar central del bloque regional que tiene Alemania su mayor economía.

Las causas de esta crisis están a la vista, la invasión rusa a Ucrania incrementó los precios globales de las commodities y de la energía en particular y las sanciones impuestas por occidente a Moscú, centradas en el petróleo y el gas, los principales ingresos de Rusia están empezando a repercutir duramente en las economías europeas, entre las que la de Alemania, es de las más dependientes de la energía rusa, que antes de la guerra rondaba el 40% del total. Pero no es la única causa, el freno de mano aplicado por China a su propia producción a raíz de la pandemia de COVID-19 a la que enfrenta con la política de COVID cero que implica cuarentena de millones de personas está provocando una disrupción de las cadenas de suministro globales, que también golpea a una economía netamente exportadora como la alemana.

Los números fríos muestran el desorden que experimenta la balanza comercial de Alemania y las exportaciones a los Estados Unidos se incrementaron un 5,7%, las de China subieron un 0,5% y notablemente, también aumentaron las exportaciones a Rusia, que crecieron un 29,4% en mayo por más de 1.000 millones de euros, pese a las sanciones impuestas al Kremlin por la guerra, las exportaciones a los otros socios de la Unión Europea, y aún más críticamente al Reino Unido en un 2,5%.

El superávit comercial alemán, por lo tanto, se ha evaporado y el déficit incluso puede acentuarse en los próximos meses. A partir de ahora, y mientras se mantenga esta coyuntura, Alemania ya no podrá dar por sentado ese crecimiento constante que caracterizó su performance económica por décadas, siempre con base en las exportaciones.

Para el resto de la zona euro, este panorama puede significar una larga recesión a medida que también empieza a experimentar un deterioro de su balanza comercial y pierde terreno frente al dólar, las perspectivas para los consumidores europeos no son buenas, Rusia ya corto o redujo drásticamente el suministro de gas a varios países y ahora empieza a aplicar el mismo tratamiento a Berlín, que sin alternativas por el momento, optó por limitar el uso de gas y recurrir al carbón, pero todo indica que la guerra de Ucrania podría prolongarse por meses sumándose a los problemas actuales, inflación, altos costos de la electricidad,  gas, las naftas y el fantasma más temido, la escasez de combustibles en invierno, que aún, si en el mejor de los casos no se experimenta a nivel domiciliario, tiene altas probabilidades de golpear a la industria alemana y a la de las principales potencias económicas de la Unión Europea.

La situación de Alemania en gran parte es una situación muy similar a la que está sucediendo prácticamente en toda Europa.


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Fuente: Video & fotografía por DW, AS, RUMBO MINERO.