Enigmas y Misterios

“El exorcista”: leyenda de una posesión diabólica.

El caso que inspiró la saga a 50 años de su estreno, Roland Doe y su enigmática experiencia.

Equipo PipolNews

28 de dic. de 2023 10 min de lectura

William Blaty se topó con un misterioso artículo del The Washington Post, donde un periodista narraba el caso de un joven de 14 años poseído por el demonio.

A 70 años se conocieron los secretos del caso y se supo finalmente que aquel joven se había convertido en un prestigioso ingeniero de la NASA.

En agosto de 1949, después de una extensa investigación, el periodista Bill Brinkley publicó un artículo inusual en el periódico The Washington Post que rastreaba las tendencias políticas del día a día en Estados Unidos.

“En la que quizá sea una de las experiencias más extraordinarias de su tipo en la historia religiosa reciente, un joven de 14 años de Mount Rainier fue liberado por un sacerdote católico, luego de ser poseído por el diablo”, afirmaba el periodista. Por tratarse de un menor de edad y debido a su promesa de preservar la identidad del chico, Brinkley nombraba al protagonista de su historia como Roland Doe, utilizando un apellido genérico que se utiliza en los Estados Unidos para mantener el anonimato de las personas.

El misterio no terminó ahí, pues el reportero dijo que su información provino de "fuentes católicas" que creían que se realizaron "de 20 a 30 exorcismos" para librar al adolescente de sus demonios.

Las fuentes también dijeron que, durante una sesión dirigida por un sacerdote designado por el Vaticano, Roland "gritó blasfemias y frases en latín, que nunca había estudiado, y comenzó a gritar cuando el sacerdote alcanzaba el punto culminante del ritual".

El artículo de Brinkley seguramente habría pasado desapercibido si se hubiera publicado en una revista sensacionalista o en una de las publicaciones esotéricas más pequeñas. Pero cuando el artículo se publicó en el fiable periódico The Washington Post, adquirió otra dimensión.

Lector interesado.

Entre los lectores del artículo del Washington Post publicado el sábado 20 de agosto de 1949 se encontró un joven estudiante de la Universidad de Georgetown que había sido invitado a escribir la obra en ese momento. Su nombre era William Peter Blatty y la historia lo conmovió tanto que 20 años después publicó “El exorcista”, un éxito de ventas instantáneo inspirado en la historia de Roland Doe.

Como resultado, la novela de Blatty dio lugar a una de las mejores películas de todos los tiempos, escrita por el propio autor, dirigida por William Friedkin y protagonizada por una jovencísima actriz llamada Linda Blair.

El exorcista se estrenó el día después de la Navidad de 1973 y puede haber sido el resultado de una cuidadosa estrategia de marketing para evitar desafiar a la Iglesia católica. No es ningún misterio que Bletty se inspiró en la historia de Roland Doe en sus novelas, como el autor ha revelado en numerosas entrevistas, pero pasarían décadas antes de que se conociera la verdadera identidad de Roland Doe, el adolescente poseído por el diablo, después que su tía espiritista le introdujo en la práctica de la Ouija, creció para escapar de la influencia de Satanás y convertirse en un respetado ingeniero de la NASA.

La tía Tillie y la tabla Ouija.

El artículo de Brinkley en The Washington Post y otros informes de los medios de finales de 1949 se caracterizaron por el anonimato de las figuras clave. Todos coinciden en que Roland conoció el uso de las tablas Ouija cuando tenía 12 o 13 años gracias a su tía Tillie, a quien le gustaba asistir a sesiones de espiritismo para comunicarse con los espíritus.

Hasta la muerte de tía Tillie en enero de 1949, cuando pasó del mundo de carne y huesos al mundo de los espíritus, Roland no exhibió ningún comportamiento extraño.

El niño amaba a su tía, así que decidió hablar con ella, utilizando lo que la simpática señora le había enseñado sobre la tabla Ouija.

Según un documento de la Universidad Católica de St. Louis citado por los medios de comunicación en ese momento: "La tía Tillie tenía una relación particularmente estrecha con el niño. Algunos relatos afirman que se introdujo en el juego Ouija, que se inventó en el Siglo XIX cuando el espiritismo se convirtió en un fenómeno religioso.

Los padres de Roland pensaron que era la forma en que su hijo lamentaba la muerte de Tillie e inicialmente ignoraron su comportamiento, pero todo cambió cuando Roland dijo que escuchaba ruidos extraños provenientes de las paredes de su habitación.

Poseído, no enfermo.

Si eso les molestó, lo que finalmente los alertó y alarmó fue que comenzaron a ver las sillas moverse solas y la cama de Roland temblar aun cuando nadie la movía, por no hablar de las manchas en el suelo cada mañana que hacen que parezca que alguien movió los muebles durante la noche. Como la familia de Roland pertenecía a la iglesia luterana y tenía poca inclinación a creer en lo sobrenatural, el caso de Roland fue abordado desde una perspectiva científica y se consultó a médicos y psicólogos, pero sus respuestas no ayudaron a explicar lo sucedido. Cada día que pasaba era menos probable que su comportamiento cambiara.

Tras el fracaso científico, consultaron al pastor de su iglesia (identificado años después como Luther Miles Schulze, una de las fuentes anónimas del artículo de Brinkley) que los sorprendió sugiriéndoles que se pusieran en contacto con la jerarquía católica en Washington, DC; Roland estaba poseído por un demonio y ellos no tuvieron nada que ver con eso.

La identidad de Schulze fue revelada muchos años después, cuando se descubrió una carta escrita a mano dirigida al Departamento de Parapsicología de la Universidad de Duke, donde describía lo que vio: "Las sillas se mueven a su alrededor (refiriéndose a Roland) y alguien lo arroja, la cama tiembla cada vez que estaba en ella”

Roland y sus exorcismos.

Después de consultar con su pastor, la familia viajó a la Universidad de Saint Louis y contó su historia a la comunidad jesuita de esa institución. Allí, a un sacerdote llamado Waymond Bishop se le permitió visitar la casa, como se conoció unos años más tarde, el jesuita escribió como fue el proceso en un diario que luego fue guardado por la universidad.

Escribió que cuando vio por primera vez a Roland Doe, su cama comenzó a temblar y se detuvo cuando hizo la señal de la cruz con agua bendita. Esto lo convenció de que el adolescente estaba poseído por el diablo, y otro sacerdote, William H. Bowdern, experto en exorcismo y pidió permiso a la arquidiócesis para realizar el ritual.

Las ceremonias de exorcismo continuaron realizándose en varios lugares de marzo a abril de 1949. El obispo dice en su nota: “El exorcismo continuó y R (Roland) sufrió convulsiones violentas, luchando con almohadas y ropa de cama. Tres personas controlaron sus manos, pies y cabeza. "Las contorsiones revelaban una fuerza física más allá de su fuerza natural", dijo.

También fue grabado escupiendo en los rostros, manos y retratos religiosos de dos sacerdotes en el salón donde se desarrollaba una de las ceremonias.
“Se estremecía cuando lo rociaban con agua bendita. Luchó y gritó en una voz diabólica y aguda”, dice Bishop en las notas de otro de los exorcismos.

"Te lo ordeno, Satanás".

También dijo que, durante los últimos ritos, Bowdern pidió al demonio que saliera del cuerpo de Roland, el cual fue respondido por la boca del muchacho: “Él solo tiene que decir una palabra más, una pequeña palabra, quiero decir: ¡una gran palabra! Nunca la dirá. Siempre estoy en él. Puedo no tener siempre mucho poder, pero siempre estoy en él. Nunca dirá esa palabra”.

Luego a la medianoche, la voz de Roland cambió y dijo: “¡Satán! ¡Satán! Soy San Miguel y te ordeno Satán, y a los otros espíritus malignos, que abandonen el cuerpo en el nombre de Dominus, inmediatamente. ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya!”.

Roland yacía inconsciente en la cama y cuando recuperó la conciencia dijo que el Arcángel Miguel había luchado con el diablo y lo había derrotado. "Se ha ido”, les aseguró.

No mostró ningún signo de posesión ni nada por el estilo, y la casa de Roland volvió a la normalidad.

Con el tiempo, se reveló que además de los dos sacerdotes, 12 sacerdotes participaron en los diversos exorcismos de Roland. Entre ellos se encontró un misterioso sacerdote conocido sólo como el Padre Hughes, que era muy joven en ese momento y que reapareció en la vida de Roland muchos años después.

Quién fue Roland Doe?

Ni el obispo ni Baudern hablaron públicamente sobre el exorcismo de Roland, ni lo nombraron, pero con el tiempo se supo que él era una de las "fuentes católicas" que citaron en el artículo de Brinkley en The Washington Post.

Esta investigación del siglo XXI realizada por el periodista Mark Opsasnik ayudó a identificar a Roland Doe y otros actores clave en la historia.

Opsasnik buscó una aguja en un pajar y la encontró. Según el artículo del Brinkley's Post, comenzó su investigación en Mount Rainier, el antiguo barrio donde vivía la familia de Roland, a 24 kilómetros de Washington.

No encontró parientes allí, pero sí encontró a un viejo vecino que conoció la historia y también era amigo del padre Hughes. El periodista lo convenció para que se presentara a una entrevista.

Encontró a un sacerdote muy anciano que, sin dudarlo, le dio a Opsasnik la dirección donde vivía la familia de Roland y la dirección de la escuela a la que asistía.

Así pudo saberse que Roland Doe es en realidad Ronald (no Roland) Edwin Hunkeler, nacido el 1 de junio de 1935 y fallecido el 10 de mayo de 2020. También logró identificar a la "tía Tillie", una psíquica fallecida, que desató la posesión, el nombre real era Mathilda Hendricks.

Durante su investigación, Opsasnik descubrió algo sorprendente. Después del exorcismo, Ronald Hunkeler vivió una vida normal, fue un estudiante exitoso, fue a la universidad, se graduó como ingeniero y luego fue a la NASA, donde trabajó durante más de 40 años hasta su jubilación en 2001.

Hunkeler también fue un nombre muy conocido en la industria espacial cuyo pasado nadie conoce, ya que desarrolló la tecnología para crear paneles que pudieran soportar las temperaturas extremas de los lanzamientos espaciales y participó en varias misiones Apolo.

El misterioso padre Hughes.

El siguiente paso de la investigación de Opsasnik fue localizar a la mujer con la que Hunkeler había convivido durante 29 años y tenido dos hijos. Ella le contó que su compañero siempre había temido que sus colegas descubrieran ese episodio de su pasado, del que se avergonzaba.

“No era un hombre religioso y nunca creyó haber sido poseído. Me decía que todo había sido una invención de su adolescencia, porque era ‘un mal chico’”, relató la mujer, que pidió reserva para su nombre.

Pero en la charla con Opsasnik, la viuda de Hunkeler también le contó un episodio ocurrido pocos días antes de la muerte de su marido, a los 86 años, a causa de un derrame cerebral, y para el cual no encontraba explicación.

Una tarde tocaron a la puerta de su casa, donde Hunkeler ya estaba postrado, y cuando abrió se encontró frente a un sacerdote muy viejo que se presentó como el padre Hughes y le pidió que lo llevara donde estaba Ronald para darle los últimos sacramentos. Sin salir de su sorpresa, la mujer lo dejó pasar y lo dejó solo con su marido.

“Yo no lo conocía y, por supuesto, no lo había llamado. No sé cómo supo que Ronald estaba por morir, pero tengo la sensación de que fue el quien lo llevó al cielo, donde ahora está con Dios”, contó.