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Don Orione: profecías demoledoras.

Videncias devastadoras del santo en Argentina, incluyen la destrucción de templos, días de sangre y salvación.

Don Orione: profecías demoledoras.

A lo largo de los años, se ha demostrado que algunas de las profecías del santo Don Orione se han cumplido en el país debido a eventos sociales.

El sacerdote San Luis Orione nació en Italia el 23 de junio de 1872 en una familia humilde y trabajadora. Desde su infancia, conoció las circunstancias de los demás. De esta manera, dedicó su vida a servir a los más pobres, a las personas que vivían en la pobreza y a las personas con discapacidades.

Aparte de su labor en el mundo, que lo llevó a ser canonizado en 1980 por el Papa Juan Pablo II y beatificado en 1980 por el mismo Papa, a lo largo de la historia se le atribuyeron varias profecías sobre Argentina, donde realizó una visita al país en dos ocasiones, en 1921 y 1934, en la primera de ellas desarrollaron la comunidad orionita de Victoria, ubicada en Buenos Aires.

Las profecías fueron publicadas en un panfleto que Félix Lafiandra (h) compiló en su obra "Los panfletos". Los siguientes fueron sus contribuciones a la revolución libertadora (como se citó en Giustozzi, 2020):

  • Una persecución brutal y significativa contra la Iglesia.
  • La profanación y destrucción de las iglesias y templos de la ciudad capital.
    • Se llevará a cabo el día de la sangre, que es considerado trágico para la nación.
    • El fallecimiento del Primado de la Iglesia en Argentina y la muerte de sacerdotes, religiosos y monjas.
  • La caída de los ídolos corruptos (El presidente perseguidor será ahorcado junto a varios de sus seguidores).

"La salvación llegará como un torrente desde el centro de la República Argentina, y de entre la sangre que limpiará tanta culpa, surgirá una flor llamada Argentina cristiana y próspera. La paz y la tranquilidad renacerán para la festividad de la Virgen María, un hombre civil católico brillante gobernará el país y un Obispo celoso regirá los espíritus santamente. Habrá paz y prosperidad durante muchos años, ya que el Señor se ha acordado de este país desde la memorable noche del Congreso Eucarístico de 1934. (Frases tomadas de Don Orione)".

En su libro "Don Orione, Latinoamérica y Argentina", el Reverendo Padre Enzo Giustozzi diferencia la profecía de la predicción:

"La profecía bíblica es primero y principalmente una invitación a la conversión, un llamado a la atención sobre el presente y para los contemporáneos del profeta".

Sin embargo, caracterizó las predicciones como "siempre condicionadas y al servicio del mensaje de conversión".

De esta manera, las predicciones de Don Orione eran conocidas previamente en 1954, sin embargo, nunca se divulgaron hasta 1955.

Algunos sostienen que anticipó la Revolución Libertadora en Argentina en 1955, atribuyendo la "destrucción de Iglesias" y la figura de "el dictador" a los eventos políticos y sociales del país.

El Padre Giustozzi señala en su libro que todo el material relacionado con las predicciones se transmitió oralmente debido a la falta de un escrito de Don Orione al respecto. Además, los testigos que estaban presentes ya fallaron, y la "tradición oral" de lo que se dice actualmente se corrigió y reinterpretó.

"Don Orione fue un verdadero profeta del siglo XX no por sus "predicciones", que hizo algunas, aunque no fueron "fotográficas" ni "infalibles", sino por su habilidad para leer los "signos y tendencias de los tiempos de la historia".

Golpe de estado y el Cordobazo en 1955.

Con el correr de los años, estas predicciones reflotaron debido a que sectores del anti-peronismo las consideraron muy relativas a algunos aspectos de la época de la “Revolución Libertadora”.

Este evento, cabe recordar, se dio en 1955, y fue el nombre con el que se autodenominó la dictadura cívico-militar que derrocó a Juan Domingo Perón de su presidencia.

No obstante, otras predicciones comenzaron a ser recordadas unos años más tarde. En las épocas del “Cordobazo”, a fines de los 60, también reflotaron algunas profecías de Don Orione.

Incluso, todavía hay predicciones que aún no se explican hasta el presente, y que pueden ocurrir a lo largo del siglo XXI, ya que el santo dató algunas de sus profecías para este período.

Testimonio de los allegados a Don Orione.

En la noche del día 12 a las 22.45, Don Orione se siente mal y Modesto, el clérigo enfermero, llega para ofrecer su ayuda. Una religiosa también aparece en la puerta para ofrecer su ayuda, pero don Orione, con una palidez de muerte en su rostro, le indica que no vaya.

El sacerdote Don Bariani se apresura a buscar un médico después de unos minutos de espera, sin embargo, el médico llega tarde y coloca su cabeza en el pecho del enfermo.

La mayoría de las profecías de Don Orione fueron pronunciadas en la República Argentina, donde permanecieron durante un extenso período de tiempo, y son ampliamente conocidas por el público en general. Las expresaba con gran tranquilidad y serenidad, y dependiendo de las circunstancias, con gestos muy expresivos. Principalmente las expresaba mientras almorzaba o cenaba con sus compañeros de trabajo, mientras había una conversación animada, y de repente, se detenía, miraba.

“Prepárense a bien morir porque dentro de una semana va a morir uno de nosotros” Y alguien moría dentro del lapso señalado. Una vez terminada una cena, en la noche en que debía fallecer uno de los presentes, todos estaban bien, sanos y sin signos de ninguna molestia. Todos pensaron que Don Orione se había equivocado, pero al cabo de una hora, uno de ellos tiene un síncope cardíaco y muere inmediatamente.

“Monseñor Copello está construyendo muchas iglesias, pero no morirá sin verlas quemadas” Ese Primado de la Argentina, en 1955, gobierno del general Perón, vio como quemaban las iglesias del Centro de Buenos Aires, juntamente con una bandera de ese país.

“Buenos Aires arderá por los cuatro costados y correrán ríos de sangre desde Córdoba “En esa ciudad, empezó la Revolución Libertadora, en 1955, que derrocó al General Perón para luego llegar a Buenos Aires, donde se produjeron muchos incendios por bombarderos.

“Aquí hay olor a santo y aquí haremos un cottolengo”.

Acertó porque en Claypole, provincia de Buenos Aires, Argentina, había estado evangelizando a los indios San Francisco Solano, durante la conquista española, lugar donde un hermano de San Francisco compró posteriormente una estancia, donde existe hoy un famoso cottolengo de Don Orione.

“La salvación de la República Argentina vendrá del centro de la República y mucha sangre lavara tanta culpa” Evidentemente se refiere a la ciudad de Córdoba, epicentro de las puebladas de 1966 (dictadura del General Onganía), la dicha Revolución Libertadora, y de otros conflictos sociales que tuvieron epicentro en esa zona central argentina.

“Nacerá una flor, porque la paz y la felicidad renacerán para una gran fiesta de la Santísima Virgen”.

Don Orione fundador.

Don Orione fue un sacerdote todo de Dios y todo de los hombres.
Dedicó su vida entera a amar y servir al Señor en los más humildes, en los más pobres y desposeídos.

“Sólo la caridad salvará al mundo” fue la convicción que marcó su vida; una caridad necesaria y urgente para llenar los surcos que el odio y el egoísmo habían abierto en su época. Esta convicción le llevó a fundar la Pequeña Obra de la Divina Providencia (1903), congregación que se extendió en su Italia natal y en tierras de misión, en varios países de Latinoamérica. Hoy en día está presente en más de treinta países.

Las vicisitudes religiosas y político sociales de aquellos años de preparación al ministerio sacerdotal provocaron en Luis Orione un afán incontenible por actuar antes que nada a favor de los niños huérfanos, sin medios de subsistencia, abandonados, sin posibilidad de desarrollar sus propias capacidades intelectuales y de seguir sus inclinaciones.

El impulso de su gran corazón le llevó a fundar las obras más diversas: colegios de enseñanza, centros agrícolas, escuelas profesionales, obras de caridad, Pequeños Cottolengos.

Además de la rama de los sacerdotes y hermanos fundó los Ermitaños de la Divina Providencia (1898), las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad (1915), Las Hermanas Sacramentinas Adoradoras Ciegas (1927) y pasó cuatro años entre sus Misioneros en Sudamérica en dos viajes.

Murió en una casa de reposo en San remo, donde, contra su voluntad, le habían mandado los médicos, confiando en su recuperación, era el 12 de marzo de 1940.

Antes de dejar Tortona el 8 de marzo había protestado:
“No quiero vivir y morir entre palmas, sino entre los pobres que son Jesucristo”.

Fuentes:

Clarín, Monedas de Judas, La Nueva Providencia.

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